Patricia Abruña Ripollés es la presidenta de la Fundación Jaime Alonso Abruña. Repasamos con ella el proyecto “Cada Persona Importa” y el impacto positivo que ha tenido para los sanitarios en su lucha contra el COVID-19. Un proyecto que, según desvela Patricia, no ha hecho más que empezar a caminar porque, aunque las necesidades de equipamiento y material sanitario se hayan reducido estas semanas, la crisis social provocada por la pandemia del coronavirus hace que el papel de los voluntarios siga siendo esencial.
Hola Patricia. Cuéntanos, ¿cómo surgió la iniciativa de poner en marcha el proyecto “Cada Persona Importa”?
A raíz de nuestra trayectoria como Fundación, que trabajamos de la mano de profesionales sanitarios, la primera semana de confinamiento nos empezaron a llegar inputs de médicos, enfermeras, auxiliares… sobre la terrible situación que estaban viviendo en los centros sanitarios, debido al elevado número de pacientes que precisaban atención médica por la COVID-19 y la cantidad de decesos diarios. Una situación que hacía insuficiente cualquier previsión de material de protección y mobiliario para poder atender a esa gran cantidad de enfermos que llegaban a los hospitales.
Junto con amigos y voluntarios de la Fundación empezamos a pensar cómo podíamos ayudarles para abastecerles del material y equipamiento sanitario necesario. Lo primero que hicimos fue realizar un pedido de material sanitario a China, pero al constatar el retraso en la recepción decidimos explorar otras vías y nos pusimos en contacto con empresas y organizaciones que, como nosotros, querían aportar su grano de arena en la lucha contra el COVID-19.
Así fue como empezamos a colaborar con Grupo Lamucca para entregar 4 respiradores al Hospital Universitario 12 de Octubre o con IKEA, compañía con la que colaboramos desde hace ya 8 años acondicionando plantas de ingreso y de consultas pediátricas, que donó 80 camas, 80 sillones y atriles al Hospital Universitario 12 de Octubre.
¿Cuántos voluntarios habéis participado en este proyecto y cómo os habéis organizado internamente para cubrir las diferentes acciones solidarias?
Hemos conseguido tejer una red de más de 30 voluntarios que se han implicado en el proyecto “Cada persona importa”. Desde voluntarios que en sus casas han confeccionado material de protección con máquinas de coser o bien cinta adhesiva, hasta personas que han colaborado en el reparto de las más de 4.000 batas y 1.600 pantallas de protección que hemos entregado a ocho hospitales y a una veintena de residencias de mayores, en Madrid, que nos han solicitado ayuda.
¿Cuál ha sido el impacto del crowdfunding impulsado por la Fundación Jaime Alonso Abruña?
Además de la colaboración de los voluntarios y las donaciones recibidas a través de nuestra web, decidimos lanzar un crowdfunding a través de la plataforma IHelp para la adquisición de batas sanitarias, mascarillas, guantes, etc. Conseguimos recaudar un total de 20.397€ que hemos destinado íntegramente a la compra de material sanitario, material de curas y desinfección y herramientas tecnológicas -tablets- que han permitido conectar a los pacientes aislados por coronavirus con sus familiares.
Una vez finalizado el crowdfunding, ¿cómo valoráis todo el apoyo recibido y las donaciones realizadas?
Desde la Fundación Jaime Alonso Abruña sólo tenemos palabras de agradecimiento para todas las personas maravillosas que con sus aportaciones económicas o con su trabajo desinteresado están haciendo posible que el reto “Cada Persona Importa” sea una realidad.
¿Cuáles son los próximos pasos de la Fundación Jaime Alonso Abruña para hacer frente a la lucha contra la crisis provocada por el COVID-19?
Según transcurren las semanas, percibimos que los hospitales y residencias están más abastecidos. No hay que bajar la guardia, por lo que podría venir, pero a partir de ahora vamos a poner el foco en las dificultades económicas que ha generado esta pandemia y que afecta a tantas familias. El proyecto “Cada Persona Importa” va a continuar, focalizando sus líneas de trabajo en proporcionar alimentos a las familias con las que mantenemos contacto por los distintos proyectos sanitarios o educativos de la Fundación; brindar apoyo a bancos de alimentos; dar apoyo psicológico a los niños de trasplante hepático de la Comunidad de Madrid, cómo llevamos haciendo desde hace varios años a través de HEPA y proporcionar también apoyo psicológico a los niños ingresados, familiares y personal sanitario de los distintos hospitales y centros médicos que lo soliciten.