Hablamos con el Dr. Antonio Roldán, director general del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, uno de los centros sanitarios a los que la Fundación Jaime Alonso Abruña ha proporcionado respiradores y material sanitario para ayudarles en su lucha contra el COVID-19.
Buenas tardes Dr. Roldán. ¿Qué ha supuesto para el hospital contar con el material y equipamiento sanitario recibido por la Fundación Jaime Alonso Abruña?
Si tuviera que resumirlo en dos palabras sería tranquilidad y seguridad. Durante los días más críticos nos hemos movido con absoluta incertidumbre. Era difícil saber si el material iba a llegar de un día para otro. Las necesidades eran enormes porque los enfermos eran muchos. Sin embargo, nosotros contábamos con el colchón, con la reserva del material que recibíamos de la Fundación Jaime Alonso Abruña y eso nos ha permitido garantizar la inexistencia de carencias. Ese apoyo logístico ha sido un auténtico bálsamo en los peores momentos.
En medio de la lucha diaria contra el COVID-19 toda ayuda ha sido útil, porque nos olvidábamos de nuestras propias necesidades básicas como, por ejemplo, el descanso. Afortunadamente ha habido buena gente que ha pensado por nosotros, que se ha acordado de nuestras necesidades y nos ha resuelto carencias que nosotros mismos no habíamos tenido tiempo de pensar.
Han sido semanas muy difíciles, en las que habéis estado al pie del cañón para lucha contra el COVID-19. ¿Cómo valoráis la implicación de tantísimos voluntarios que, en la medida de lo posible, han querido contribuir en esta lucha?
“En la medida de lo posible” ha sido mucho para todos nosotros. Tal vez sea difícil que todos estos voluntarios puedan darse cuenta de lo importante que ha sido el trabajo que han hecho. No se trata únicamente de la aportación material si no, sobre todo, de la aportación no material. Cuando se está trabajando en situación límite, al borde del agotamiento y piensas en tantos y tantos voluntarios que están detrás, de una u otra manera, te recarga de energía porque sabes que no estás solo.
Todo el personal sanitario habría respondido igual ante este reto porque es nuestra profesión y nuestra obligación, pero contar con el respaldo de tantísimos voluntarios ha sido una inyección de energía, de moral y de fuerzas que ha tenido un valor capital para seguir en la lucha, para salir adelante. En ningún momento hemos pensado en venirnos abajo, pero con el apoyo de todos vosotros nos hemos venido muy arriba. ¡Gracias!
Un mensaje de esperanza que queráis trasladar a la población…
Todos tenemos la seguridad de que, afortunadamente, este virus nos hará mejores. Nos permitirá apreciar lo que de verdad hay que apreciar, querer lo que de verdad hay que querer y disfrutar aquello que de verdad merece la pena ser disfrutado. Unos ejemplos: una buena música con una buena compañía, una buena lectura en medio de un buen silencio y, por qué no, un buen vino con unos buenos amigos. A partir de ahora, habrá más personas y menos personajes.